Reseñas de cuentos y libros infantiles, con las partes que más nos gustan, partes que añadimos, nos saltamos o cambiamos. La forma en la que se lo contamos a nuestros hijos o a nuestros alumnos. Un blog donde descubrir parametros para la elección de un buen cuento y de cómo fomentar el hábito lector para que los más pequeños sientan el placer de leer. Róbanos todas las ideas que quieras y cuéntanos alguna también.

lunes, 19 de diciembre de 2016

El pequeño conejo blanco

El pequeño conejo blanco, de Xosé Ballesteros.
Editorial: kalandraka.
Edad recomendada: a partir de los 2 años.


Reseña realizada por el grupo TicTac, formado por estudiantes de cuarto curso de magisterio de Ed. Infantil.

Resumen:
“Érase una vez un pequeño conejo blanco. Un día fue a buscar coles a la huerta para hacer un caldo”. Pero cuando el conejo volvió a su casa se encontró que había alguien dentro, nada menos que la cabra cabresa, que le amenazó diciendo que si no se iba le saltaría encima de su cabeza.

El pobre pequeño conejo blanco salió corriendo en busca de ayuda pero nadie le ayudaba porque les daba miedo la cabra. Todos menos una hormiga que se ofreció a ayudarle y a enfrentarse a la cabra.

Reseña:
“El pequeño conejo blanco” reúne todos los requisitos indispensables para convertirse en uno de los cuentos favoritos de cualquier niño: una historia sencilla, basada en la repetición del mismo esquema a lo largo de la historia, con divertidos juegos de palabras y pequeñas rimas, protagonizado por animales humanizados y unas fantásticas ilustraciones.

El cuento está basado en la repetición, esa que tanto gusta a los niños y gracias a la que pueden participar, anticiparse. Repetición de los animales que encuentra el conejo blanco, que uno tras otro le dicen que no le ayudarán, y repetición de la historia por el conejo blanco que les habla de la cabra cabresa, que si no me voy me salta encima de la cabeza, la cabra caburra, si me salta encima, me despanzurra, la cabra cabreja, que si me salta encima me desmadeja…


Un texto basado en unas rimas divertidas, sonoras, y que se apoya en las ilustraciones para contar una historia sobre la valentía y sobre la amistad. La valentía no sólo a la hora de enfrentarse a la cabra sino también la valentía de pedir ayuda.

Aquí las ilustraciones juegan un importante papel ya que es a través de ellas que vamos a hacer la segunda lectura de la historia, esa en la que vemos como esos grandes animales no se atreven a enfrentarse a la cabra cabresa y será una pequeña hormiga la que demuestre de verdad su valentía.


Nos parece admirable la capacidad de algunos ilustradores de transmitir tanto a través de sus dibujos. 

El ratón y la pelota roja

El ratón y la pelota roja, de Petr Horácek.
Editorial: Juventud.
Edad recomendada: a partir de los 3 años.


Reseña realizada por el grupo Puxikak, formado por estudiantes de cuarto curso de magisterio de Ed. Infantil.

El cuento que recomendamos leer en Educación Infantil es “El ratón y la pelota roja” de Petr Horácek porque es un cuento ilustrado en el que la imagen tiene el mismo valor que el texto, es decir, son complementarios, característica imprescindible en esta etapa educativa. Además, contribuye a la imaginación ya que al considerar los propios animales diferentes elementos de un mismo, la cereza, hace que el propio también imagine.

Por otra parte, a lo largo del libro de forma explícita se aprecia el valor de la cooperación (si todos trabajamos juntos logramos el resultado). Además, a lo largo del texto se plantea un problema (no pueden coger la cereza) y después se soluciona. Por tanto, el niño a través del cuento va experimentar diferentes sensaciones para terminar con un sentimiento de felicidad.

También, este cuento no es el habitual formato en el que simplemente se pasan hojas, sino que tiene páginas que se desdoblan, huecos que permiten ver páginas posteriores, etc. Asimismo, la ilustración es adecuada para la edad, siendo la técnica utilizada muy real.


Para terminar, cabe destacar que la tipología textual o el tipo de letra utilizada no consideramos que es muy adecuada ya que no se aproxima a la tipología que están aprendiendo ellos en este momento al ser de tipo imprenta.

Una casa a la medida

Una casa a la medida, de Petr Horácek.
Editorial: Juventud.
Edad recomendada: a partir de los 2 años.


Reseña realizada por el grupo Dakine, formado por estudiantes de cuarto curso de magisterio de Ed. Infantil. Ellas han elegido este cuento ya que el protagonista es un ratoncito muy simpático. Además de ello, todo los demás personajes que salen en el cuento son animales. Por otro lado, enseña el valor de no rendirse y seguir adelante por algo que quieres.

Respecto a la ilustración, representa las cuevas con tonos oscuros y el paisaje con colores claritos. Además de ello, se pueden encontrar agujeros de diferentes tamaños los cuales te introducen en la historia.

Respecto al contexto, es muy repetitivo y esto ayuda a los niños no se pierdan y sigan el hilo.


domingo, 11 de diciembre de 2016

Lectura a una niña del cuento: El gallo Jacinto de Ricardo Alcántara

Aquí tenemos la grabación de una niña de 4 años a la que contamos un cuento e hicimos una serie de preguntas. El cuento se titula El gallo Jacinto de Ricardo Alcántara. Parece que esta niña disfrutó mucho de la lectura que hicimos de este cuento y, además, muy amablemente nos respondió a preguntas como si le gusta que le lean cuentos, si le leen cuentos en el colegio, cómo son o cada cuanto, etc.


A través de esta especie de entrevista descubrimos de cerca la realidad de una niña de 4 años que disfruta escuchando historias y valoramos la importancia que tiene para todos los niños en general que les lean cuentos de todo tipo desde edades tempranas. Es una experiencia muy enriquecedora para ellos que les encanta y con la que aprenden infinidad de cosas de un modo entretenido además de desarrollar la fantasía y la imaginación. 

jueves, 8 de diciembre de 2016

La cocina de noche

La cocina de noche, de Maurice Sendak, 1970.
Título original: In the Night Kitchen
Primera edición en castellano: Alfaguara, 1987
Edición actual: Kalandraka 2014
Traducción: Miguel Azaola


Es difícil hablar de La cocina de noche de Maurice Sendak sin dejarse llevar por el entusiasmo. La elasticidad y fluidez del ritmo, los elementos de canto-mantra -¡más leche! ¡más leche! ¡más leche en el pastel!- y la permanencia de las imágenes en nuestra mente hacen de La cocina de noche  uno de esos libros que no se olvidarán jamás. Es un libro redondo, redondo, redondo.  
Al menos en nuestro caso, la reacción entusiasta por parte de los alumnos fue inmediata. No ha sido desterrado ni una sola vez al montón de libros caídos en desgracia temporal (otros libros disfrutan de periodos de gloria seguidos de periodos de ostracismo antes de volver a la gloria, en función de cambios de humor y de intereses y de la atracción natural por la pila de libros recién llegados).

El texto
La cocina de noche es un relato del sueño de un niño pequeño. Miguel se cae de la cama, hundiéndose entre las sombras y perdiendo su ropa por el camino hasta que aterriza en la masa que hay en la ruidosa cocina donde tres cocineros con cara de Oliver Hardy lo confunden con la leche, lo mezclan con la masa y lo meten al horno para hacer un pastel. Pero a mitad del proceso, Miguel se asoma, ahora ya con un traje de piloto hecho de masa y les explica el error, antes de dar un salto y caer en una masa de pan, que moldea hasta formar una avioneta, dejando abajo a los pasteleros pidiendo desesperados leche para su pastel. Vuela hacia arriba y sobrevuela un impresionante paisaje neoyorquino con edificios hechos de paquetes, frascos y botellas de comida y llega a lo alto de una enorme botella de leche, se zambulle y vuelve a subir con una jarra llena de leche y la vierte al enorme cuenco de masa que sostienen los pasteleros abajo. Entonces Miguel lanza un kikirikiiiii triunfante y se desliza por la botella hacia abajo hasta su cama, "seco y limpio de masa".

"Y es así como, gracias al bueno de Miguel, en cada desayuno podéis comer pastel".  

Nos encanta la lógica perfectamente ilógica de los sueños que se refleja en el libro, flotando, cayendo y subiendo para después volver a bajar y dormirse al final. Qué círculo tan satisfactorio.  

Las ilustraciones
El azul profundo del cielo nocturno estrellado e iluminado con luz artificial de La cocina de noche tiene un papel importante en el libro, estableciendo una sensación contagiosa de excitación ante el misterio de las cosas que ocurren de noche. Es una sensación que pudimos tener de niños y quizás sigamos teniendo de adultos al pensar qué ocurre en el mundo una vez que nosotros nos retiramos a dormir.

La única doble página sin palabras del libro, con Miguel sobrevolando la
'vía láctea' y los pasteleros buscando leche. 


Las ilustraciones nostálgicas en pluma y tinta y acuarelas para La cocina de noche se enmarcan en paneles estilo cómic de distintos tamaños, con cajas y bocadillos de texto y muchísimos, muchísimos detalles en los que fijarse en cada lectura.

Éstas son algunas de las escenas que nos permiten reproducir de La cocina de noche.

 



Sendak incluyó muchos homenajes y tributos en La cocina de noche, algunos pequeños, algunos más grandes; algunos evidentes y otros menos; algunos totalmente privados y otros más públicos.  

El estilo y el diseño de las páginas son un homenaje directo a las tiras de cómic magníficamente surrealistas de Winsor McCay llamadas Little Nemo in Slumberland, que a menudo comienzan y siempre acaban con Nemo en la cama y contienen muchas escenas donde Nemo cae, vuela, flota, señalándose a veces la comida que ha ingerido antes de dormir (dónuts, tarta de pasas, sardinas...) como la culpable de sus sueños raros.

Los pasteleros son Oliver Hardy ("No podía utilizar a Laurel porque no podía incluir a un delgaducho", dice Sendak en el documental Tell Them Anything you Want), pero también son los pasteleros de un anuncio de su niñez que sirvió de inspiración para La cocina de noche, con su slogan "We bake while you sleep" (Nosotros horneamos mientras tú duermes). No hemos encontrado ese anuncio en concreto, pero aquí están los mismos pasteleros regordetes en otro anuncio de la época: 


Y también son un poco Hitlerianos con sus bigotes y con sus hornos. ¿Y quizás un poco brujas con sus grandes cuenco-calderos? 
Otro aspecto divertido de las ilustraciones es mirar todos los nombres de los edificios de lata, botella y frasco, donde Sendak incluyó referencias a productos de la alacena de su niñez. 
Pero lo realmente especial de estas ilustraciones es su viveza y las imágenes tan potentes que contienen. Son el tipo de imágenes que se quedan contigo para siempre. Y, como dijimos al principio de esta sección, estamos convencidos de que la luz nocturna es una de las principales responsables de que el libro te atrape tanto. Casi se siente el ruido dentro del silencio. Y formas parte de ese ruido mientras dura.  Zzzz. 

Lectura en voz alta
La cocina de noche es uno de los mejores libros para leer en voz alta que hemos tenido el placer de conocer.

Sendak inicia el cuento con una frase extraordinaria. (Donde viven los monstruos y Outside Over There -éste último, que nosotros sepamos, no se ha traducido al castellano- son otros dos ejemplos de primeras frases increíbles). Consigue una rima y un ritmo deliciosamente libres y sobrios en gran medida mediante la ruptura de todas las convenciones existentes, estirando frases página tras página y haciéndote perder el camino por un instante para luego cogerte de la mano con cariño y llevarte a la satisfactoria vuelta al ritmo que había roto.

Os hablamos de la versión inglesa pero la versión en castellano replica bien lo que decimos:

'¿Os ha contado alguien la historia de Miguel, que oye de noche un ruido detrás de la pared y da un grito ¡Silencio! ¡Callarse de una vez! y se hunde entre las sombras, y la luna le mira mientras sus padres duermen y aterriza en la masa que había en la cocina?'

La cocina de noche, especialmente en la versión en inglés, también tiene mucho canto juguetón. En la versión en inglés, Sendak consigue algo realmente extraordinario. Es como si te diera la melodía con sus palabras y su ritmo. Seguro que otras personas lo cantan de forma distinta, pero dudamos que alguien haya tenido que pensar mucho en cómo cantarlo. Fluye con asombrosa naturalidad: 'Milk in the batter! Milk in the batter! Stir it! Scrape it! Make it! Bake it!' Aquí en la versión en castellano, aunque el ritmo es estupendo y la solución buena, se pierde el aspecto "cantado", por lo que resulta un poco diferente si bien no menos divertido: "Más leche, sí, más leche, más leche en el pastel! Batimos y amasamos... ¡y al horno con él!

Si añadimos a los cantos, las exclamaciones de Mickey:
'¡Silencio! ¡Callarse de una vez!'
'¡No soy leche, ni soy ningún pastel! ¿No ves que soy un niño y me llamo Miguel!'
'¿Por qué tanto jaleo? ¡Hoy os traerá la leche el piloto Miguel!'

Y por supuesto, el
'¡Ki-kiri-kiiii!'

Es fácil imaginar en qué grado La cocina de noche invita a los niños a participar.

A todos los niños a los que se lo hemos leído les ha parecido divertidísimo y empezaron a participar desde la primera lectura.

Una de las partes favoritas de los alumnos es: 'Pero en medio del humo, del calor, del olor, del perfume mejor, aparece Miguel saliendo del pastel...".

Otro elemento que enriquece el ritmo del texto de una manera muy interesante son los pequeños efectos sonoros y exclamaciones secundarias insertadas en las ilustraciones (Plam, Pam, Bam, Tam, Pom, ¡oh!, ¡Mamá! ¡Papá! Aaah, ¡Oh!, ¡Ah!, Aaah, ¡Hummm!) que, al leerlo en voz alta uno puede optar por leer insertado en el texto o no, pero funcionan de maravilla cuando se incluyen en el flujo de la lectura:

'¿Os ha contado alguien la historia de Miguel [plam], que oye de noche un ruido detrás de la pared [pam, bam, yam] y da un grito ¡Silencio! [pom] ¡Callarse de una vez! y se hunde entre las sombras, y la luna le mira [¡oh!] mientras sus padres duermen [¡Mamá! ¡Papá!] y aterriza en la masa que había en la cocina?'

Otros comentarios acerca de La cocina de noche 
Nos encanta cómo el potencial horror de que a un niño pequeño se le cueza en un horno se enmarca de forma totalmente natural -¿podría incluso ser divertido? - y cómo Miguel se rescata a sí mismo haciéndose con el control y amoldando la masa y su sueño para adaptarlos a sus deseos y eliminar sus temores. 

Hemos decidido no hablar sobre la ridícula censura de La cocina de noche porque no tenemos mucho que añadir al respecto. Creo que esta cita de Sendak lo dice todo: 'Miguel tiene pene. ¡Dios mío! ¿Quién hubiera pensado que una cosa así podría pasarle a un niño?' 

jueves, 1 de diciembre de 2016

Entrevista a una tutora de inglés del grado de Educación Infantil

La siguiente entrada es una entrevista a una tutora, no de educación infantil, sino del grado superior de educación infantil, en el centro María Inmaculada de Bilbao, dedicada a formar a alumnos para ser futuros docentes. Su modulo es el de inglés y le quisimos hacer algunas preguntas para saber qué busca cuando trabaja determinados libros en inglés en el grado.

- ¿Cuántos años llevas trabajando?
 Más de 20 años.

- ¿Qué metodología llevas a cabo en tus clases? ¿Y en el centro?
Desde este año, la congregación de Religiosas de Mª Inmaculada nos ha pedido a todos los centros la implantación del trabajo cooperativo. Todavía estamos un poco “verdes”, pero trabajamos en ello.

Yo, por mi parte, sigo con la metodología de “Flipped Classroom” (te adjunto un artículo que me publicaron: http://cedec.educalab.es/es/experiencias-de-aula/2314-flipped-en-fp-creatividad-autoestima-y-autonomia?format=pdf) y con la realización de distintos proyectos y movimientos que se desarrollan a nivel estatal y que sigo en Twitter. Actualmente en todos los grupos y especialmente por su aplicación en las escuelas infantiles, hemos tomado parte en #garabatember2016.

- ¿Estás de acuerdo con la metodología que tienes que llevar a cabo?
Como he comentado en la pregunta anterior, creo que nos queda profundizar bastante y de momento nos hemos quedado en la distribución del aula, que en muchos grupos han modificado al sistema tradicional. Por otro lado nuestro alumnado no ha trabajado con esta metodología y se produce un choque con aquel alumnado que desea tener un buen expediente académico para acceder a la universidad. Pasamos del trabajo en grupo a trabajar cooperativamente, es decir, con esta metodología educativa se trabaja en pequeños grupos heterogéneos, en el que se trabaja junto para mejorar el propio aprendizaje y el de los demás.

- ¿Utilizáis las TICs en el aula? ¿Cómo?
Sí, de forma variada. Desde el recurso Power Point, Audacity, Prezi, Pixton, Wallwhiser, Calaméo, Symbalao,… y novedades que presentan compañeros a los que sigo en Twitter.

- ¿Estás a favor de la utilización de las TICs?
Totalmente.

- ¿Cuándo tienes que elegir un cuento para trabajar en clase, con qué criterio lo seleccionas?
a) El mensaje que transmite,
b) La repetición de estructuras sintácticas para que con esa repetición se vayan consolidando en los alumnos
c) Un vocabulario sencillo, claro y fácilmente expresable a través de gestos, para que se comprenda con más facilidad.

Con el cuento quiero que se desarrollen varias inteligencias múltiples (II.MM.) en el alumnado.

- ¿Es siempre el mismo cuento?
En principio elegí “The Gruffalo”, pero ciertas palabras y expresiones hacia que, con los nervios, el alumnado se trabara y no disfrutara del cuento. Por ello, ahora, lo presento en película al final de la unidad para disfrutarlo y acompañarlo de la cantidad de actividades complementarias que los autores han desarrollado.

En la actualidad aprendemos “Monkey puzzle”, de la misma autora y también con gran cantidad de material complementario para el desarrollo de todas las II.MM. en el alumnado.

- ¿Eliges los cuentos en base a algo? o ¿en base a algún valor a trasmitir?
Sí, en “Monkey puzzle” se plasma la importancia de escuchar al otro.

- ¿Cuánto tiempo se le dedica al cuento?
Disponemos de 2 horas/semana. Primero explico el porqué de la unidad didáctica, los criterio de evaluación, presento el cuento, lo ensayamos (pronunciación, gestos, sincronización) y luego lo evalúo y envío por MOODLE a cada alumno su valoración y comentarios. Aproximadamente 10 horas.

- ¿Qué actividades, preguntas, etc. llevas a cabo después del cuento? ¿Cómo lo trabajas?
Al ser la última unidad didáctica del curso, previa a la programación el interés del alumnado se centra en el trabajo de la misma y por ello no llegamos a profundizar como desearía.

- ¿Utilizas las TICs para trabajar el cuento?
Sí, lo tenemos en formato papel, en Power Point, y en video.

- ¿Qué estrategias pides para contar el cuento? ¿Qué evalúas?
Lo que quiero es que transmitan sentimiento e implicación emocional, que disfruten con el cuento, porque si uno disfruta el grupo lo percibe y se siente más implicado.

El alumnado conoce previamente la rúbrica donde incluyo estos 4 apartados:
a) Coordinación de gestos en la explicación del cuento
b) Tiempo empleado
c) Pronunciación
d) Fluidez verbal

- En este centro, ¿qué recursos o herramientas tenéis para comunicaros y trabajar con las familias?
Teléfono, y desde este año se les ha creado a cada familia una dirección de correo electrónico con el dominio del centro que tendrán a su disposición mientras el alumnado esté matriculado en el centro. Por este medio se les hace llegar también las calificaciones.

- ¿Suelen participar con vosotros las familias?
Depende, las familias cuyos hijos necesitan atención o presentan necesidades especiales son las que más se comunican con nosotros.

- Respecto a los cuentos mencionados anteriormente: The Gruffalo y Monkey Puzzle.
- ¿Qué aportan estos cuentos a educación infantil?
Desarrollan la expresividad, vocabulario y estructuras gramaticales sencillas.

- ¿Sigues trabajando con ellos?
 Sí sigo trabajando con ellos. Tengo otros también muy bonitos y sencillos, pero que no disponen de tantos recursos complementarios como los desarrollados por el equipo de esta autora. Y ésta es la razón principal por la que los mantengo.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Yo quiero mi gorro

Yo quiero mi gorro de Jon Klassen
Traducción: Jesús Ortiz
Milrazones, 2012
Título original: I Want my Hat Back
Nuestra edición: Walker Books, 2011.

El primer libro tanto escrito como ilustrado por Jon Klassen, Yo quiero mi gorro, es un debut que nos provoca un rugido: ¡Queremos máaaaaaaaaaaaaas!

Yo quiero mi gorro tiene una estructura repetitiva, con diálogos que se reproducen casi idénticos pero con pequeños cambios, que ayudan al disfrute de la lectura en voz alta. Por otro lado, los recursos de la tensión y del tiempo se usan con una maestría poco habitual para lograr efectos narrativos y cómicos potentísimos.

Es una historia encantadoramente sinvergüenza y sutil que se relata mediante unas ilustraciones y un diálogo engañosamente sencillos y que cautiva a pequeños y grandes lectores a muchos niveles distintos. Contiene muchos agradecimientos, unas mentiras muy poco convincentes, un cerebro - o dos- penosamente lentos, una doble página magistral en la que se masca la tensión al más puro estilo Western y un final refrescantemente inmisericorde y bastante, bastante gracioso.  

El texto 
Un oso ha perdido su gorro y se siente desesperado y perdido sin él. Va caminando por el bosque y preguntándole a todos los animales con los que se encuentra si han visto su preciado gorro. El zorro y la rana no se enrollan: no lo han visto. El conejo (los lectores advertimos que lleva puesto un precioso gorrito picudo rojo) se explaya más: "No. ¿Por qué me lo preguntas? Yo no lo he visto. No he visto ningún gorro en ningún lado. Yo nunca me atrevería a robar un gorro. Deja de hacerme preguntas". El oso da las gracias a cada uno de ellos y sigue andando. La tortuga no ha visto el gorro pero acepta la ayuda del oso para subirse a una roca. La serpiente vio una vez un gorro azul y redondo, pero ése no es el gorro que busca nuestro amigo. El armadillo ni siquiera sabe qué es un gorro.  
Deprimido, se echa en la tierra y mira hacia el cielo. "Pobre sombrero. Lo echo tanto de menos". Entonces aparece el ciervo y le pregunta cómo es su gorro. Tan pronto como el oso empieza a describir el gorro se acuerda de dónde lo ha visto, o más bien, de sobre quién lo ha visto. Se levanta de un salto y vuelve a pasar corriendo a todos los animales, que ahora son espectadores, todos en fila, hasta que llega al ladrón y recupera su gorro. "Me encanta mi gorro". 
Mediante una elípsis se nos cuenta el resto de la historia y, cuando una ardilla viene y le pregunta al oso feliz y con el gorro puesto si ha visto a un conejo con un gorro, la respuesta del oso resulta familiar: "No. ¿Por qué me lo preguntas? Yo no lo he visto. No he visto a ningún conejo en ningún lado...". 

Las ilustraciones
Las ilustraciones de Yo quiero mi gorro son figuras de líneas sencillas sobre fondo claro, con un attrezzo mínimo compuesto de unas hojas y alguna que otra mala hierba. El cuento se relata en colores sobrios (tonalidades grises, marrones y beige principalmente), excepto el rojo del gorro que destaca por encima de todo lo demás en las imágenes y al que se le da un uso narrativo inteligente.

El texto aporta un elemento visual interesante, al estar codificado por colores según los personajes (cada uno de los animales habla en un color distinto).

Nos encanta la expresión de los ojos del oso. ¿Cómo es posible que unas ilustraciones tan "quietas" sean capaces de transmitir tanta desesperación?

Mirad al zorro como nos mira de reojo.
¿Por qué me preguntas a mí? 
Nos encanta esta serpiente, su charleta irrelevante y el diálogo codificado por colores. 
Mi pobre gorro. ¡Lo echo tanto de menos! 
Ese momento de ¡ya caigo!  ¡Mirad esos ojos!
Volviendo atrás a pillar al culpable
La tensión pre-duelo se masca. Ésta es nuestra favorita. Casi se oye la banda sonora estilo Western. 
¡Me encanta mi gorro! 

Las guardas, en las que aparecen todos los personajes del libro, incluido el oso sin gorro en la parte delantera y el oso con gorro en la parte trasera, parecen hechas de seda. 

Lectura en voz alta
El texto acumulativo de Yo quiero mi gorro con estructuras de diálogo repetidas lo convierten en un material perfecto para la lectura en voz alta, incluso para niños muy pequeños, a los que también cautivará la mirada expresiva del oso y las pintas graciosas de los otros animales. También hay muchas oportunidades para poner voces tontas.

Pero pensamos que este libro ofrece muchas otras razones poderosas por las que los niños se dejan atrapar.

Los niños pequeños se identifican mucho con las sensaciones de a) perder algo querido y querer recuperarlo desesperadamente, b) encontrar algo bonito y querer quedárselo hasta el punto de que c) se intenta tapar el robo mediante una mentira mala, mala y a menudo larguísima, d) encontrar al canalla que te robó ese algo querido en a) y e) recuperarlo con maneras todo lo brutas que haga falta: "Es MÍO". (O como dice el oso "Me encanta mi gorro").

Creemos que es ésta identificación de múltiples capas que hace que los niños hagan ¡ooooh! y ¡aaaaah" y se echen a reír. En nuestro caso, hay mucho gritito y muchas, muchas risitas.

Otros comentarios sobre Yo quiero mi gorro
Éste es el álbum ilustrado que más se acerca a una película muda que hemos visto hasta ahora.

Yo quiero mi gorro es una introducción a un tipo de humor ligeramente más sofisticado del que uno suele encontrar en álbumes ilustrados, en el que los dobles sentidos juegan un papel fundamental y la gracia reside en mostrar y en decir cosas distintas a lo que en realidad está ocurriendo. Hemos leído unas cuentas reseñas del libro, algunas muy bien argumentadas e interesantes que hacen la pregunta de si no será este un caso de libro que en realidad gusta más a los adultos que a los niños; si no será un libro que los adultos "pillan" más que los niños.

Nos atreveríamos a decir que es el principio de una educación en el humor. El humor slapstick (alguien que se resbala con la piel de un plátano) no hace falta aprenderlo, pero hay otro tipo de humor que sí hay que "aprender", y el modo de aprenderlo es mediante la exposición a él. Puede que al principio no se pille, o quizás no se crea que haya nada que pillar (¿y qué?), pero la exposición a los juegos lingüísticos y narrativos al servicio del humor conforman el inicio de un proceso de aprendizaje interesante y divertido.

Una preguntita. Nadie parece ponerse de acuerdo. Este animalito de pocas luces ¿qué es? ¿Es un armadillo, una comadreja o un topo? Votamos por armadillo, pero nos hace gracia que no haya consenso. ¿Qué pensáis? (Nota añadida después: vemos que el propio Klassen se refiere a la criatura como "especie de topo". Pero a nosotros esas rayitas nos siguen confundiendo).